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El Mensaje Reencontrado
Libro XXVIII
NI REVÉTUE — EL BARRO
27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.
27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
20 noviembre 2008
(extractos de El Mensaje Reencontrado)
La verdad que separa y que une. Unos. Dos. Uno y nada más.
La verdadera sabiduría consiste en separar lo que es bueno de lo que es malo y en unir lo que es bueno con lo que es mejor.
La extrema humillación de la muerte es la entrada obligatoria al esplendor de la vida celeste, pues la separación terrestre es el comienzo del cielo manifestado.
Ninguna palabra debe ser aceptada sin un riguroso y largo examen, a fin de separar lo verdadero de lo falso.
La separación y la reunión se realizarán por la reagrupación de las partes vivas y por el rechazo de la porción muerta.
Corresponde a cada uno imitar a Dios y separar lo verdadero de lo falso.
La guadaña del tiempo separa toda verdad, pero el fuego secreto es lo que la pone en evidencia y la madura.
La muerte separa lo que es malo y reúne todo lo que es bueno, pero necesita la ayuda de la vida celeste.
Es imposible reunirse con Dios y su gracia sin volver a atravesar las tinieblas franqueadas en el momento de la primera separación.
La separación es el comienzo del trabajo secreto que conduce a Dios. La reunión es su término.
Quien ha separado el cielo y la tierra los unirá de nuevo y los multiplicará en la perfección del oro vivo.
El Libro separará a muchos hombres en el mundo, ya que algunos serán confirmados en la vida y otros serán hundidos en la muerte.
El sol no puede habitar más que una tierra pura y separada de toda hez.
El deseo ferviente dirigido por una voluntad paciente se convierte en una fuerza que puede separar y unir, matar en el mundo y vivificar en Dios.
Abstenerse del veneno mitigado es lo propio de los santos, pero separarlo es el trabajo del Sabio.
El agua sale de la tierra y vuelve a la tierra para separar el mundo del inmundo.
He buscado la verdad hasta en la corrupción del mundo y he separado la vida de la muerte.
El retorno a Dios es como la separación de entre las tinieblas y como la reunión con la luz primordial.
El Innominado no podría suprimir el mal, esa noche que le rodea y oculta, como no podría crear el bien, esa luz que le viste y le guarda; pero él puede mezclar o separar la luz y las tinieblas exteriores, para el conocimiento de las potencias y de los límites de su Ser y de su no ser.
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Louis Cattiaux,
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