Entradas populares
Entrada destacada
Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)
DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA Dom Antoíne-Joseph Pern...
Versículo al azar
El Mensaje Reencontrado
Libro XXVIII
NI REVÉTUE — EL BARRO
27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.
27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
08 mayo 2013
El Mensaje Reencontrado
VÉRITÉ NUE — EL BROTE VERDE
(extractos)
La confusión y la contradicción del espíritu son la imagen misma de la muerte.
«Espectador inmóvil, atento y sin pasión; tal es el que está despierto.»
¿Quién puede diferenciar el fuego del fuego? ¿Quién puede manifestar y encarnar el sol en la estrella de la mañana salida de la tierra tenebrosa?
Hemos de perder el apego por las formas creadas, pero con el propósito de poseer la creación en su substancia primera y en su esencia oculta. Y cuanto más aumente el reposo, más deberá aumentar la atención, a fin de sobrevivir a la disolución del agua y a la coagulación del fuego.
«No se escoge nada cuando se está muerto.»
Es preciso observar pacientemente la naturaleza antes de actuar, de lo contrario uno se vuelve insensato ante Dios, insoportable para los demás y finalmente, odioso a sí mismo.
El hueso está oculto en la carne, la almendra se encuentra bajo la madera y el germen reposa en el agua nutricia.
«¿Quién separará la luz de las tinieblas? Y ¿quién manifestará el fuego oculto del Señor? ¿Quién transformará la leche virginal en la consistencia corpórea del Hijo recién nacido?»
La condición esencial de toda curación es la voluntad de curarse; no se puede salvar a los que han escogido la muerte y se mantienen en ella voluntariamente.
El esperma está oculto en el cuerpo de la tierra y en el de la lluvia.
La muerte esconde el cielo y la tierra.
Quienes cultivan la tierra carecen a menudo del principal alimento celeste, que es la bendición de Dios.
Se limpia el frasco antes de poner en él el vino celeste.
Las operaciones divinas son instantáneas y sujetas a la fe. Las operaciones naturales son lentas y sujetas a la esperanza. Las operaciones humanas son ciegas y sujetas a la caridad.
El agua que lava y da la vida es un espíritu muy sutil que viene del cielo y se fija en la tierra.
El fuego que anima y madura es un alma muy pura que viene del sol y que une el cielo y la tierra.
La verdadera sabiduría consiste en separar lo que es bueno de lo que es malo y en unir lo que es bueno con lo que es mejor.
El inteligente compara minuciosamente las palabras de los Sabios para descubrir el lugar donde todos concuerdan.
Es preciso volver a entrar por donde se ha salido si se quiere reposar en la paz del Perfecto.
¿Quién puede diferenciar el fuego del fuego? ¿Quién puede manifestar y encarnar el sol en la estrella de la mañana salida de la tierra tenebrosa?
Hemos de perder el apego por las formas creadas, pero con el propósito de poseer la creación en su substancia primera y en su esencia oculta. Y cuanto más aumente el reposo, más deberá aumentar la atención, a fin de sobrevivir a la disolución del agua y a la coagulación del fuego.
«No se escoge nada cuando se está muerto.»
Es preciso observar pacientemente la naturaleza antes de actuar, de lo contrario uno se vuelve insensato ante Dios, insoportable para los demás y finalmente, odioso a sí mismo.
El hueso está oculto en la carne, la almendra se encuentra bajo la madera y el germen reposa en el agua nutricia.
«¿Quién separará la luz de las tinieblas? Y ¿quién manifestará el fuego oculto del Señor? ¿Quién transformará la leche virginal en la consistencia corpórea del Hijo recién nacido?»
La condición esencial de toda curación es la voluntad de curarse; no se puede salvar a los que han escogido la muerte y se mantienen en ella voluntariamente.
El esperma está oculto en el cuerpo de la tierra y en el de la lluvia.
La muerte esconde el cielo y la tierra.
Quienes cultivan la tierra carecen a menudo del principal alimento celeste, que es la bendición de Dios.
Se limpia el frasco antes de poner en él el vino celeste.
Las operaciones divinas son instantáneas y sujetas a la fe. Las operaciones naturales son lentas y sujetas a la esperanza. Las operaciones humanas son ciegas y sujetas a la caridad.
El agua que lava y da la vida es un espíritu muy sutil que viene del cielo y se fija en la tierra.
El fuego que anima y madura es un alma muy pura que viene del sol y que une el cielo y la tierra.
La verdadera sabiduría consiste en separar lo que es bueno de lo que es malo y en unir lo que es bueno con lo que es mejor.
El inteligente compara minuciosamente las palabras de los Sabios para descubrir el lugar donde todos concuerdan.
Es preciso volver a entrar por donde se ha salido si se quiere reposar en la paz del Perfecto.
Apertura | Libro II |
Etiquetas:
Libros