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Las fábulas egipcias y griegas (1 de 8)
DESVELADAS Y REDUCIDAS A UN MISMO PRINCIPIO, CON UNA EXPLICACIÓN DE LOS JEROGLÍFICOS Y DE LA GUERRA DE TROYA Dom Antoíne-Joseph Pern...
Versículo al azar
El Mensaje Reencontrado
Libro XXVIII
NI REVÉTUE — EL BARRO
27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.
27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
21 septiembre 2013
La nueva luz química de
El Cosmopolita (notas de extractos seleccionados por L. Cattiaux) |
Notas comparativas | |
Así
pues, aplicaos enteramente a este primitivo sujeto metálico, a quien la
Naturaleza ha dado verdaderamente una forma de metal, pero lo ha dejado
crudo aún, inmaduro, imperfecto e inacabado. Este gran secreto está oculto en ese hijo de Saturno, tal como todos los Filósofos lo afirman y juran. |
Se
dice que Aquiles era hijo de Peleo y de Tetis. Aunque hayamos explicado
ya lo que la fábula nos da a entender por ello, es mi propósito retocar
alguna cosa para hacer la prueba más completa. Peleo viene de πελίς, negro, moreno, lívido, o de πηλός,
barro, cenagal. Tetis es tomada por el agua. Isacio dice que Peleo,
aconsejado por su padre, tuvo relación con Tetis, cuando entre todas
las formas que tomaba para evitar las persecuciones de Peleo, tomó la
forma de un pez conocido con el nombre de seco. Así he aquí a Aquiles
hijo del barro negro y del agua. Se sabe que este pez llamado seco
suelta un licor negro que tinta el agua en la que se encuentra y la
transforma, por así decirlo, en tinta. Todo esto conviene bien a la
circunstancia de la concepción del hijo filosófico, que hemos dicho que
sucede, según los filósofos, cuando la materia puesta en el vaso llega
a un estado parecido al de un barro negro, o al de la pez negra
fundida. Por la misma razón la fábula dice que las bodas de Peleo y de
Tetis se hicieron sobre el monte Pelión en Tesalia.
Dom Antoíne-Joseph Pernety
60'. El agua sale de la tierra y vuelve a la tierra hasta que se abre la flor blanca y hasta la maduración del fruto púrpura.
El Mensaje Reencontrado II
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Siguiendo el parecer de todos los filósofos, decimos que la verdadera disolución es la llave de todo este Arte; que hay tres clases de disoluciones: la primera es la disolución del cuerpo crudo; la segunda de la tierra filosófica; y la tercera es la que se hace en la multiplicación. | Por
esta razón se dice que la obra se hace en dos noches y tres días;
porque los días son similares a estos tres regímenes, y las noches a
las putrefacciones, que son las disoluciones tan recomendadas en la
obra. Aunque se diga que hay varias disoluciones, en realidad sólo hay
de dos tipos, una violenta y rural, y otra suave y filosófica, bajo la
cual ambas están comprendidas.
Los Cinco Libros, Nicolas Valois
5. La mortificación del cuerpo debe preparar la purificación del espíritu y la regeneración del alma.
El Mensaje Reencontrado VIII
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Vigilad
principalmente en la purificación de la piedra y tened cuidado de que
la virtud activa no se queme o se sofoque, ya que ninguna simiente
puede crecer ni multiplicarse cuando, a causa de algún fuego exterior,
le ha sido quitada su fuerza generativa. Más bien hay que gobernarla de la misma manera que Dios nos hace nacer los frutos de la tierra para alimentarnos. Dios nos ha creado este Bronce, que es la única cosa que tomamos; destruimos su cuerpo crudo y mugriento, extraemos el núcleo bueno que tiene en su interior, nos deshacemos de lo superfluo y preparamos una medicina de lo que no era más que un veneno. |
Y
en este sublimar, que convierte en puro y fino, el fuego debería ser
suave; pues si en este sublimar con un fuego suave , los cuerpos no se
purifican, y las partes groseras y terrestres de éstos (notad esto
bien) no se separan de las impurezas de lo muerto, no seréis capaces de
perfeccionar la obra. Pues no necesitas más que la parte fina y sutil
de los cuerpos disueltos, que nuestra agua te dará, si procedes con un
fuego suave y lento, separando las cosas heterogeneas de las cosas
homogeneas, es decir las partes que no son de la misma naturaleza de
las que lo son.
El Libro secreto, Artefio
37. Así, es preferible para nosotros pedir el consejo y el auxilio del Señor en todas las circunstancias, y ponernos con fe en sus manos milagrosas... 37'. Que separan suavemente en nosotros la vida del veneno que la ahoga y que la mata cada vez más, pues el Señor sabe rechazar el pecado y sabe infundir en nosotros su salvación santa y perfecta.
El Mensaje Reencontrado XXXI
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Se ve también, por la exacta anatomía de los metales, que en su interior participan del oro, y que su exterior está envuelto de muerte y maldición, ya que en primer lugar se observa en estos metales que contienen una materia corruptible dura y grosera de una tierra maldita, a saber, una sustancia mugrienta, pedregosa, impura y terrestre, que traen desde su mina. En segundo lugar, una agua mal oliente y capaz de dar muerte. En tercer lugar, una tierra mortificada que se encuentra en esta agua mal oliente y por último una cualidad venenosa, mortal y furibunda. Sin embargo, cuando los metales son liberados de todas estas impurezas malditas y de sus heterogeneidades, entonces se encuentra en ellos la noble esencia del oro, es decir, nuestra sal bendita, tan alabada por los Filósofos, de la que nos hablan tan a menudo y que nos han recomendado en estos términos: Extraed la sal de los metales sin ninguna corrosión ni violencia, y esta sal os producirá la Piedra blanca y la roja. ítem: Todo el secreto consiste en la sal, de la cual se hace nuestro Elixir perfecto. | El
azufre celeste se une a la sal de la tierra por medio del mercurio del
agua para formar un sólo cuerpo-espíritu compuesto de alma, de espíritu
y de cuerpo; siendo el azufre la forma, el mercurio el medio que une y
la sal la materia.
Manuscrito Hel'ouia, Louis Cattiaux
83'. Toda humedad será expulsada de la tierra y el fuego consumirá la mugre inmunda hasta que la sal virginal aparezca, a la que se devolverá el agua celeste para formar el nuevo mundo de Dios. «¿Quién nos hará oír esta palabra del comienzo y del fin de los tiempos? ¿Quién nos mostrará el germen desnudado de la creación perfecta del Señor?»
El Mensaje Reencontrado II
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Esta
sola, única y misma materia, que no es otra cosa que oro verdadero
y natural, es no obstante muy vil, se tira por los caminos y se puede
encontrar en ellos. Es de mucho precio y de un valor inestimable y sin
embargo no es más que excremento. Ya que, como nuestra Sal al comienzo, es un sujeto terrestre pesado, rudo, impuro, caótico, pegajoso, viscoso, y un cuerpo que tiene la forma de una agua nebulosa; es necesario que sea disuelto y separado de su impureza, de todos sus accidentes terrestres y acuosos y de su sombra espesa y grosera y, sobre todo, que sea extremadamente sublimado a fin de que esta sal cristalina de los metales exenta de toda hez, purgada totalmente de su negrura, de su putrefacción y de su lepra, se convierta en muy pura y soberanamente clarificada, blanca como la nieve, fusible y fluyente como la cera. |
No
es uno solo que dice que la materia de este arte es de un precio vil e
incluso que no cuesta nada y que el fuego para trabajarla, no cuesta
más; que sólo se necesita un vaso o máximo dos para todo el transcurso
de la obra.
Dom Antoíne-Joseph Pernety
27. SCIENCIA SANTA y SABIA. 27'. SAL SAGRADA y SECRETA. 27". SOLOS SOL y SELENE.
El Mensaje Reencontrado XXXII
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Verdaderamente es una sal que en su comienzo es, sin duda, totalmente negra y mal oliente. | Es
un gigante desmesurado y, por lo tanto, necio, que desprecia el oro
bajo; tal es también el decir de los filósofos: su oro se encuentra en
lugares viles, totalmente deformado y los necios lo desprecian porque
parece tan miserable. También se le llama el oro negro.
El Hilo de Penélope, Emmanuel d'Hooghvorst
6. La ciencia de los hombres es un estiércol recubierto de oropel. La ciencia de Dios es un oro recubierto de barro. 6'. La corteza terrestre extravía a los más sutiles observadores, pero el mar interior ilumina al hombre simple y creyente.
El Mensaje Reencontrado II
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