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Versículo al azar

El Mensaje Reencontrado

Libro XXVIII

NI REVÉTUEEL BARRO

27. Si nos preguntan qué es el Libro, respondamos: una piedra sobre la cual se apoyan firmemente los creyentes y un manantial del cual extraen agua sin cesar.

27'. 36 opiniones conocidas simultáneamente.
36 oficios aprendidos de una vez.
36 cosas hechas al mismo tiempo.
36 luces vistas de repente.
36 deseos realizados en uno solo.
36 religiones reunidas en una fe.
16 julio 2020

La Clavícula* de la Ciencia Hermética, escrita por un habitante del Norte durante sus horas de ocio. 

 

Andreas Friedrich. Emblemata Nova. 1617

En el año MDCCXXXII Amsterdam, Pierre Mortier 1751. 




A LA NATURALEZA
Virgen no mancillada
Y AL ARTE
Que la sigue como su guía





Consagro muy humildemente
los momentos de recreo de mis
Noches, yo, que soy un grano
de polvo del Paraíso.

Un Hombre



 

 


(extractos con notas comparativas de El Mensaje Reencontrado)


I



"Después de que una larga experiencia hizo manifiesta la armonía existente entre el hombre y el Universo, lo consideraron como el compendio de todo, o mejor dicho, como el pequeño mundo. Ahí está la clave del sello de este gran Hermes, cuyo emblema es una mano en la que hay una esfera, o un pequeño mundo con la siguiente inscripción:

'Lo que está arriba es como lo que está abajo' "

Todo es en cuerpo y en espíritu.
Todo está abajo y todo está arriba.
Esto vive y se transforma perpetuamente.
Todo es triple y doble y, sin embargo, único.
Esto sube y esto baja.
Todo es hembra por fuera y macho por dentro.
IV: 17'

"Estos testimonios están por encima de toda excepción y, aunque la Fe crea tantas cosas que la razón no entiende, coinciden ambas en lo mismo: que el hombre es, de entre todas las criaturas, la más noble. Esta verdad es tan clara y ha causado tanto impacto en la Antigüedad que no estaba iluminada por la Revelación, que los egipcios, muy ávidos de las ciencias, tenían por principal estudio del arte el conocerse a sí mismos."

Lo más fácil y lo más difícil del mundo es saber quienes somos.
III: 49

"Estos grandes hombres, al ver que los demás animales estaban compuestos únicamente de dos partes: de un cuerpo organizado y del espíritu vital, se percataron de la existencia de un tercer elemento en el hombre, algo que subsistía más allá de la muerte y que nombraban a veces alma, a veces fuego celeste, o incluso genio o espíritu."

¡Que quien pueda unirse al fuego celeste lo haga y viva! Porque ahí están el salvamento y la unión que no perecen.
XXVIII: 36"

"Esto mismo confirma que hay en el hombre algo escondido, que se despierta como de un sueño gracias a las nociones que se le presentan."

El conocimiento primero y último es lo que constituye la enseñanza de todos los libros santos.
«¡Oh, tesoro inestimable pisoteado por los hombres ignorantes!»
XI: 26

"Así, el hombre difiere de los demás animales por estar dotado de un alma razonable e inmortal; por ello más se merece ser colocado por encima de éstos que ser contado entre ellos."

Conocer los tres fundamentos hereditarios del hombre es poseer la ciencia.
El alma que viene de Dios, el espíritu que viene de los astros, el cuerpo que viene de la tierra.
II: 88

"Los antiguos Filósofos caldeos, egipcios y hebreos se esforzaron en reparar, mediante el conocimiento de la Sapientísima Naturaleza, este rayo que la caída de nuestros primeros Padres había dejado casi extinguido."

El Señor nos enseña a no rechazar su creación por desfigurada que esté, pues tras la desolación de la muerte aún subsiste la chispa de la vida divina.
¿Quién experimentará la sabiduría del Sabio? Y ¿quién la verá brillar sobre la tierra?
XXIX: 42'

"Se dirigieron, pues, a su Isis, la Naturaleza, y encontrándola dotada de tanta sabiduría, de tantas riquezas y generosidad y quedando tan sorprendidos, se dedicaron únicamente a su estudio para conocerla. Como esta Virgen casta no desalienta con facilidad a aquellos que la aman de verdad, mientras la busquen con el permiso de su Padre y no estén animados por un amor falso y loco por Aristóteles y por las sutilezas lógicas y escolásticas sino que se consagren por completo a ella, consiguieron congraciarse con ella por su ternura constante hasta el punto de que ella misma les enseñó el sendero verdadero para poder visitar y penetrar sus secretos más ocultos, sin exigir nada más a cambio que alabanzas hacia su gran Autor, y la prudencia y el silencio de sus Amantes."

Madre brillante que estáis en todo y que transfor- 
máis las estrellas y el mar. Concedednos el secre- 
to de vuestra luz y el amor de vuestra pureza. 
Bautizadnos en el agua y en el fuego divinos, 
y recibidnos en vuestro seno viviente. Ma- 
duradnos hasta la perfección del amor. 
Madre luminosa rodeada de tinie- 
blas. Substancia de la vida y ma- 
nantial de felicidad. Simiente 
benéfica de Dios. Nutrid nues- 
tros cuerpos, apagad la sed 
de nuestras almas, ilu- 
minad nuestros espí- 
ritus. Mostradnos 
la ruta que condu- 
ce al Sol bien- 
amado. La- 
vadnos. Ma- 
dre santa.


Plegarias del Padre y la Madre

"No obstante, las Ciencias experimentaron la misma suerte que los grandes Reinos, que las Ciudades y Naciones enteras. La ambición de reinar hizo nacer la discordia y las querellas; los Filósofos fueron entonces exiliados, los monumentos geniales sepultados bajo las ruinas de la patria, y al volverse viuda la Naturaleza, por decirlo de alguna manera, se encerró en su propia virtud. A todo ello siguieron la ignorancia, el olvido, la barbarie, la ferocidad junto con el desprecio y el odio por las artes y las ciencias."

Henos aquí abandonados y entregados a nosotros mismos en las tinieblas del exilio, y tu estrella se ha escondido de nosotros y te has retirado al cielo.
XXXI: 51’




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